Actualmente el maíz es sembrado en todos los países de América Latina. Este constituye, con el frijol, calabaza y chile, un alimento fundamental en toda América. La productividad del maíz latinoamericano es, sin
embargo, bastante inferior a la de los Estados Unidos, lo cual está
fundamentado en las características ecológicas y sobre todo, climáticas, que
diferencian las dos zonas de producción. El maíz es un cereal de muy rápido
crecimiento pero que necesita una provisión abundante de insolación. También en
los países europeos se cultiva una gran cantidad de maíz con fines alimenticios
para el ganado estabulado. Su consumo humano nunca llegó a generalizarse: el
refrán "a falta de pan, buenas son tortas" hace referencia a la
situación existente en España durante la Guerra Civil, cuando algunos países
latinoamericanos (México, en especial) enviaron grandes cantidades de maíz a la
zona republicana para suplir la falta de harina de trigo.
El cultivo tradicional del maíz
El cultivo sistematizado
Labores culturales
La preparación del terreno tendrá por objeto la obtención de una tierra
mullida en profundidad, pero no debe quedar hueca, por lo que, una vez
trabajada, deberá ser asentada sin apelmazar. La capa superficial deberá quedar
bien nivelada y sin terrones.
Las labores tendrán también por objeto dejar el suelo desprovisto de malas
hierbas en el momento de la siembra.El maíz germina a partir de los 10 ºC de temperatura media. Existen
híbridos que son tolerantes a las altas densidades de siembra y otros que no lo
son, produciéndose en este segundo caso plantas poco vigorosas, y esterilidad,
si la población es excesiva. Son cuestiones que deben consultarse con las casas
productoras de semillas antes de sembrar. En general, con híbridos dobles y
algunos híbridos tres líneas no se podía pasar de 60-70.000 plantas por
hectárea, pues, si se excedía esa cifra, el porcentaje de plantas sin mazorca
era altísimo (20-30%), la caña se desarrollaba muy débil y en la recolección se
perdían plantas y mazorcas caídas al suelo. Los híbridos simples admiten mayor
densidad de plantas.
En cuanto a profundidad, el grano debe enterrarse poco profundo, sobre todo en
tierras fuertes y arcillosas. La profundidad debe variar entre 2 y 3 cm en un
suelo bastante húmedo y de 8 a 10 cm en tierra arenosa que se deseque
fácilmente. Lo ideal es que la sembradora abra un surco bastante profundo (de 8
a 10 cm) y que al colocar el grano no quede cubierto más que con una capa de
tierra de 3 a 5 cm.
Si se tiene que regar para que el maíz nazca, por falta de tempero, es mejor
hacerlo antes de sembrar y hacer la cementera al oreo.Las binas deben comenzarse en cuanto que el maíz tiene al menos cuatro
hojas, porque se considera que ya está suficientemente enraizado.No debe
retrasarse la primera bina por la sensibilidad del maíz a las primeras hierbas
en los primeros días de su desarrollo.
Las binas deben continuarse para mantener el suelo limpio de malas hierbas,
pero procurando que sean superficiales para no destruir las raicillas.
Una falta de agua en el maíz provoca el cierre de las estomas, reduciendo la
fotosíntesis, lo que afecta al rendimiento. No deben, pues, producirse, durante
el ciclo del maíz, períodos de falta de agua.Es particularmente perjudicial para el rendimiento una falta de agua
durante la floración. Se calcula que una deficiencia durante ella puede
producir una disminución del 30% de la cosecha.
En cuanto a profundidad, el grano debe enterrarse poco profundo, sobre todo en tierras fuertes y arcillosas. La profundidad debe variar entre 2 y 3 cm en un suelo bastante húmedo y de 8 a 10 cm en tierra arenosa que se deseque fácilmente. Lo ideal es que la sembradora abra un surco bastante profundo (de 8 a 10 cm) y que al colocar el grano no quede cubierto más que con una capa de tierra de 3 a 5 cm. Si se tiene que regar para que el maíz nazca, por falta de tempero, es mejor hacerlo antes de sembrar y hacer la cementera al oreo.Las binas deben comenzarse en cuanto que el maíz tiene al menos cuatro hojas, porque se considera que ya está suficientemente enraizado.No debe retrasarse la primera bina por la sensibilidad del maíz a las primeras hierbas en los primeros días de su desarrollo.
Las binas deben continuarse para mantener el suelo limpio de malas hierbas, pero procurando que sean superficiales para no destruir las raicillas. Una falta de agua en el maíz provoca el cierre de las estomas, reduciendo la fotosíntesis, lo que afecta al rendimiento. No deben, pues, producirse, durante el ciclo del maíz, períodos de falta de agua.Es particularmente perjudicial para el rendimiento una falta de agua durante la floración. Se calcula que una deficiencia durante ella puede producir una disminución del 30% de la cosecha.
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